QUIENES SOMOS
Después del Concilio Vaticano II fue necesario renovar el Reglamento de la Asociación de Salesianos Cooperadores (A.S.C.), aceptando en él, de este modo, el magisterio conciliar, permaneciendo, sin embargo, fieles a las intenciones del Fundador.
Así, en 1986 se redactó el actual Reglamento de Vida Apostólica (R.V.A), promulgado por el Rector Mayor y aprobado por la Santa Sede, actualizado en fechas recientes tras una amplia consulta; en éste se traza la identidad personal y asociativa de los cooperadores, que son descritos como:
- personas humanamente maduras
- cristianos de fe viva y convencida, que quieren testimoniar a Cristo en el mundo;
- miembros vivos de la Iglesia, que sienten el compromiso bautismal de participar en su misión;
- laicos capaces de animar cristianamente las realidades del mundo; apóstoles animados por la causa del Reino; verdaderos salesianos, llamados a compartir y a llevar a todas partes la preocupación educativa;
- cristianos empeñados a santificarse viviendo el proyecto apostólico de Don Bosco.
Se trata de una identidad que subraya fuertemente tres dimensiones del ser Cooperador:
- la vocación, que es la común llamada de los bautizados impregnada por el carisma Salesiano. (Algunos cristianos, “… impulsados por el Espíritu Santo se sienten atraídos por la figura de Don Bosco y por la posibilidad de `trabajar con él` permaneciendo en el mundo”);
- la laicidad, o sea vivir los compromisos cotidianos como espacios para testimoniar y animar con los valores evangélicos y salesianos las realidades humanas (“El Cooperador laico realiza su compromiso y vive el espíritu salesiano en las condiciones normales de vida y trabajo, con sensibilidad y características laicales, difundiendo sus valores en el propio ambiente”);
- la salesianidad, o sea el patrimonio de valores espirituales y pedagógicos dejados en herencia por Don Bosco y Madre Mazzarello, como elemento fundador de la propia experiencia de fe, del propio modo de ser y actuar (El espíritu salesiano “es una experiencia evangélica típica que caracteriza y da un tono concreto a la presencia y acción en el mundo, al trato con los hermanos y a la relación con Dios”).